Estos días, los alumnos se enfrentan a un cóctel de emociones ante este inicio: nervios, emoción, tristeza por el fin del verano, entusiasmo… Y surgen muchas dudas: ¿con quién me tocará en clase? ¿quiénes serán mis profesores? ¿cómo será este curso? ¿seré capaz de superarlo académicamente?…
Pero, ¿cómo se pueden controlar estos nervios y llevar el inicio de curso de la mejor manera posible? A continuación os damos unos consejos que pueden ayudaros:
Los nervios ante una nueva etapa son comprensibles, pero ¿por qué ponernos en lo peor? Es momento de pararse a respirar y pensar en este curso como una nueva oportunidad para aprender y demostrar de todo lo que somos capaces, ¡no tiene por qué salir mal!
Lo mejor es no evadir el asunto y afrontar estas sensaciones. Hablar sobre el tema es bueno para desahogarse y relajarse. Todos nos ponemos nerviosos.
Conversar con ellos sobre los horarios que tendrán durante el curso y las extraescolares que realizarán, es positivo para ellos. Hacerles partícipes en la toma de decisiones y la organización, les ayudará a tomar conciencia, a responsabilizarse. Es su vida y, de lo contrario, lo tomarán como una imposición.
Es importante resaltar los aspectos positivos de la vuelta a las aulas: se reencontrarán con amigos y/o compañeros que no ven desde hace meses, conocerán a nuevos alumnos, estrenarán material escolar, realizarán nuevas actividades extraescolares, compartirán sus experiencias de verano como la playa, el pueblo, la plaza en la que se quedaban hasta tarde, el cine de verano, las excursiones, celebraciones…; hay muchos motivos por los que la vuelta puede resultar divertida.
Es necesario preparar todo el material que van a necesitar con antelación. Deben sentirse preparados y seguros para cada día.
Establecer una rutina y unas horarios de descanso que les permitan seguir el ritmo necesario y tener energía durante el curso. Sobre todo al principio, cuando acaba de terminar el verano, les cuesta cambiar sus hábitos, por lo que es mejor adaptarse poco a poco.
¿Y como padres? Como padres solo podemos acompañar en este proceso a nuestros chicos y escucharles. Como os decimos, es imprescindible que nuestros chicos se sientan escuchados, contar en casa cómo ha ido su día, sus inquietudes y simplemente saber que estás a su lado.
Esperamos que podáis poner en práctica estos tips y os sirvan de ayuda.